Tuve acceso al planteamiento del elector Heriberto Arbolaez Machado, residente en calle C, número 17 D, entre Miguel Coyula y Campos en Santa Clara durante el actual proceso de rendición de cuentas que se inició el pasado 10 de noviembre. Heriberto se dedica a la crianza de carneros y chivos en el área próxima a su vivienda frente a la Loma de la Candela, al final de Los Sirios, por la parte del río. Afirma que hay un área bastante extensa llena de marabú perteneciente a la Empresa Agroforestal y él está solicitando una parte de esa área para incrementar la cría y así poder entregar leche de cabra al hospital infantil o a otro centro que se determine. Dice que en varias ocasiones se ha dirigido a la Forestal y le han negado su solicitud planteándole que en un futuro sembrarían esa área. No lo entiende, y considera que sería mejor concederle su solicitud para el bien de todos que perder el área por construcciones ilegales que se están haciendo actualmente de forma acelerada, por todo lo cual solicita una entrevista con el gobernador.

Bueno, puedo asegurar que en la Delegación Provincial de la Agricultura ya comenzaron a tramitar de inmediato este planteamiento, que tiene varias aristas para el análisis. No encuentro otro vocablo más preciso que desidia para nombrar lo que es mantener una tierra ociosa existiendo brazos dispuestos a ponerla a producir. La gravedad de la respuesta empresarial crece por la recurrencia con que se usa el argumento de que está previsto en un futuro sembrarla o explotarla, un futuro que pasa los años y no llega. Esta situación ocurre en muchas entidades debido a la mentalidad acaparadora de tierras sin explotar por años de sus directivos. Y claro, esa mentalidad se mantiene a mi juicio, por la dilación y debilidad que ha existido en la aplicación del impuesto sobre tierras ociosas. Solo con meditar unos minutos sobre el planteamiento me decía un compañero de la dirección de la agricultura que se pudiera entregar el área como silvopastoreo y los chivos la mantendrían limpia. Esa tierra entregada en usufructo evitaría además, de inmediato, el grave problema de las construcciones ilegales, porque nadie permite que le usurpen su derecho cuando hay sentido de propiedad. Y por último, y no lo digo por el compañero del planteamiento, pero tomando su palabra, hay que poner con claridad en el contrato cuales son las obligaciones de quien recibe la tierra para evitar que continúe proliferando la irresponsabilidad de quienes creen que las tierras son para enriquecerse y no para contribuir a la alimentación del pueblo.     

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