Por Arturo Chang

Como es tradicional, a partir de estos días, las conversaciones de los villaclareños abordan más el tema de las vacaciones veraniegas, pero lo cierto es que desde abril se están organizando las actividades para el esparcimiento.

Los chequeos se hacen ahora más frecuentes para coordinar las acciones, conocer la situación y adoptar decisiones a tiempo. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)

A partir del segundo trimestre del año, los primeros secretarios del Partido, los presidentes de las asambleas e intendentes en los municipios fueron convocados a comenzar los preparativos con antelación como elemento clave.

En todas las ocasiones, tanto Osnay Miguel Colina Rodríguez, primer secretario del Partido en Villa Clara, como Alberto López Díaz, gobernador provincial, han insistido en que ante las fuertes limitaciones de recursos, la herramienta fundamental es anticipar las previsiones.

La activación del pensamiento colectivo se convoca permanentemente para elaborar ideas dirigidas a consolidar los pasos que se den con vistas a tener aseguramientos indispensables, aún en medio de las carencias.

Próximo a concluir un curso escolar, las familias aspiran a tener un descanso veraniego, y las autoridades villaclareñas consideran que el pueblo merece lo máximo posible después de vencer dos años de azote pandémico.

Fuente de inspiración para tensar las fuerzas con vistas a desarrollar un plan vacacional es darle un merecido verano a todos los que mantienen la resistencia ante las medidas incrementadas para causar sufrimientos a un país al cual le cortan o dificultan los suministros.

Teniendo presente que la Constitución de la República establece el derecho a la recreación como uno de los elementos fundamentales de la calidad de vida, los villaclareños están activando el pensamiento para que los déficits de combustible y energía eléctrica no impidan el cumplimiento de lo que se programe.

Estimulados porque con vacunas y protocolos propios de enfrentamiento a la pandemia Cuba está entre los de la vanguardia mundial con mayor control, es natural que la población haga planes y comente sus aspiraciones, sobre todo a partir de las últimas medidas en vigor desde el 31 de mayo, entre las que sobresale la eliminación de la obligatoriedad de usar el nasobuco.

Se insiste en que cada organismo diseñe un programa en las comunidades, sobre todo en asentamientos rurales y zonas en condición de vulnerabilidad, y presten atención a que existan actividades para todos los segmentos de la sociedad y lleguen hasta los hogares.

Existe un proceso de identificación de las instalaciones para concebir en ellos las acciones recreativas de los barrios, donde se pueden viabilizar iniciativas como competencias de dominó y otros juegos que pueden ser los tradicionales.

No hay que pretender las mismas actividades en todos los escenarios, sino adecuarlas a las características y potencialidades de cada área concreta, lo cual es alcanzable si se desarrolla con creatividad un mecanismo organizativo.

Los muy populares planes de la calle, los aficionados a las manifestaciones culturales, los instructores de arte… pueden ser de los tantos elementos que conformen un programa veraniego que incluya playas y ríos, pero que deben alistarse con antelación para garantizar seguridad.

Villa Clara cuenta con 43 piscinas, y hasta el momento existen probabilidades de poner en funcionamiento 35, lo cual será del agrado de todos, junto a la habilitación de bases de campismo popular donde existan condiciones.

Cuando en Villa Clara se dice que es un Verano con todos, es con todos, y en su aseguramiento están convocados los sectores estatales y no estatales.

La comunicación social es un elemento en el cual se insiste y se convoca a utilizar todos los medios y vías disponibles para divulgar las actividades y que la población pueda planificar su participación.

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