La papa es el aperitivo, hay que sembrar

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Veo más personas preocupadas que ocupadas de nuestros problemas y esa ecuación es necesario enderezarla. Y como al periodista corresponde alertar digo que dentro de pocos meses vamos a envidiar el actual abastecimiento de alimentos. No está en mi ánimo alarmar, es la pura realidad, se ha sembrado muy poco por disímiles razones, desde la escasez de combustible, hasta la intensa sequía que obliga a productores sin riego a orar mirando al cielo para ver si le manda un aguacero.
Parto entonces de que sería un verdadero acto suicida no aprovechar al máximo las áreas con regadío. Una máquina con riego moderno debe funcionar como un organopónico de los buenos que apenas cosechada la cámara se vuelve a sembrar. Ahora mismo que comenzó a cosecharse la papa no puede nadie darse el lujo de tener más de 7 días el área sin sembrar de nuevo para aprovechar además del agua los residuos de fertilizantes en el suelo.

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Pero sabemos que aun explotando a plena capacidad la superficie que se puede regar, el mayor por ciento de la producción está en las manos de nuestros campesinos, la mayoría con tierras de secano. De ellos depende prácticamente lo que podrán ofertar los mercados en lo que resta de año. Hay que revivir prácticas de sequías anteriores cuando vi con mis ojos a campesinos con una pipa en medio de los campos echando un jarro de agua encima de cada segmento de cangre sembrado, pero no se rindieron y sembraron la yuca.
Sé que decisiones absurdas en materia de comercialización han llevado a estimular más la siembra de calabaza, entre otros renglones, que reclaman menos esfuerzo y tienen sus precios hasta ahora liberados, pero nunca será igual.
La yuca no será considerada en Cuba la reina de las viandas porque alguna mentalidad extranjerizante le colocó a la papa la corona, pero no hay otra vianda como ella, que incluso se puede convertir en chicharrones, al decir del excelso científico con los pies enfangados, doctor Sergio Rodríguez Morales.
Pecaremos y las consecuencias serán fatales si perdemos el cangre. Sin semilla no hay agricultura y esta conclusión sirve a todo, al resto de las viandas, a los granos, a las hortalizas. Ahora la papa ayuda a sortear el temporal de la escasez de viandas, pero sean 8, 10 o 15 libras, las que se puedan vender a cada consumidor, la papa apenas constituye un aperitivo. Los calderos se debieran llenar el resto del año con la yuca, el boniato, la malanga y el plátano. Hablar de sequía servirá para la autopsia, pero lo que necesitamos es sembrar.