Camino las calles y soy testigo de las violaciones que existen de los precios máximos para 20 productos agrícolas aprobados por la máxima dirección del gobierno en Villa Clara en medio de una coyuntura productiva difícil. Se también el cambalache que se arma en las áreas de ferias donde se compra al por mayor estos productos que después incrementan su precio con tal impunidad que pareciera que hay fuerzas poderosas que desean que no triunfe esta experiencia villaclareña. Solo digo, a pesar de los ajustes que necesita, nadie sabe por dónde andarían los precios de esos productos sino se hubiera tomado la medida. Al menos cuando alguien lo viola si es denunciado deberá pagar una multa, o sea, la razón la tiene ahora el consumidor y no el vendedor, cuando el más decente te decía antes, “lo tomas o lo dejas”.

Si esta batalla se le deja solo a los inspectores, imposible ganarla, siempre habrá flancos por donde escabullirse la indisciplina.

Este domingo, vía washapp, recibí el siguiente mensaje de una señora de Vueltas: “En un punto nuevo aquí frente al Banco están vendiendo la yuca a 70 pesos la libra y en otro punto en la calle Hernández Cubilla, al mismo precio. Hasta cuando se van a permitir estos precios locos, hasta cuando el abuso, los precios topes nunca se han cumplido”.  

Tras felicitarla por el día de las madres le solicité que denunciara el hecho a un inspector o se dirigiera al presidente del consejo popular de quien me consta su seriedad, y esta fue su respuesta. – “Denunciarlos yo, que va, para eso hay muchas personas que cobran por eso y lo ven y callan, yo lo que hago es no comprarla”. Dos días antes yo había comprado en Vueltas 5 libras de hermosos tomates a 35 pesos la libra, todo en regla.

Un ejemplo diferente fue el que me contó semanas atrás la amiga Regina Vizcay Ibáñez, - “se le decomisó toda la mercancía a un carretillero del Reparto Virginia en Santa Clara por estar vendiendo a precios abusivos violando lo establecido,  el carretillero se dio a la fuga cuando el inspector le pidió los papeles y los productos fueron entregados a personas vulnerables encamados y pensionados”.

Esta es solo una pequeña muestra de lo que puede lograrse cuando las estructuras funcionan comenzando por el delegado y el Consejo Popular. Hay unos cuantos por ahí deseosos de decirnos, viste que no se pueden regular los precios. Pero aun cuando muchos solo critican y no accionan, esta batalla, si nos unimos, si se puede ganar.

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