Díaz-Canel: Es hora de comprender y emplear todos los recursos de la comunicación social

El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, compartió sus consideraciones sobre el contenido del proyecto de Ley de Comunicación Social y su implementación, así como su importancia para nuestro país, para nuestro proceso de construcción socialista.

Al respecto, señaló que este representa un primer paso en el proceso de regulación y organización del sistema de comunicación social en Cuba y así debe ser entendida, aun cuando sea fruto de un largo proceso de debate y de revisión.

Este proyecto no está escrito en piedra, como no puede estarlo nada relacionado con la comunicación social en la veloz época que vivimos, justamente como consecuencia del desarrollo de la llamada sociedad de la información y de los conocimientos, expresó Díaz-Canel.

Aunque los objetivos declarados y la redacción de los artículos de esta ley tienen un enfoque necesariamente regulatorio, destacó que su mayor valor radica en el reconocimiento de las potencialidades y beneficios de la comunicación social para el desarrollo del país.

El largo periodo de confrontación y agresividad que caracteriza la criminal política del gobierno estadounidense impacta en todos los ámbitos de la sociedad cubana y, de manera particular, en lo comunicacional. «Pero no es ni interés, ni de lejos, la razón de esta Ley», precisó el Presidente.

Lo que estamos convocados a aprobar, manifestó, es fundamentalmente el diseño de un marco de posibilidades que apunte al desarrollo del sistema de comunicación social en Cuba que, además, hemos concebido como un pilar del Gobierno.

Si la norma tiene límites –y los tiene– es porque reconoce y expresa el estado actual en las áreas del conocimiento y la práctica profesional asociada a la comunicación en Cuba.

Eso significa, dijo, que necesariamente deberá seguir articulándose y desarrollándose, incluir aspectos relacionados con la comunicación institucional y comunitaria y no solo mediática, o asociada específicamente a la prensa.

Precisó que uno de los grandes desafíos que nos impone ahora mismo la nueva ley, se deriva de las concepciones e interpretación de la comunicación en el ámbito digital y su integración con el resto del sistema, por la complejidad de un escenario que evoluciona a una velocidad sin precedente.

Resaltó la importancia de reconocer e incluir el papel de las personas en los ámbitos organizacional y mediático, pues todos los que participan en los procesos comunicacionales inciden, interactúan, se relacionan, tienen niveles de influencia y deciden, en algún grado, la eficacia de la comunicación.

Por otra parte, añadió, estos ámbitos solo ganan sentido en su interrelación con las personas, desde las acciones que se diseñan para ellas, con ellas o teniendo en cuenta sus características y/o necesidades.

Por ello, Díaz-Canel destacó que es fundamental y necesario que junto con esta Ley, y a favor de su implementación más efectiva, se promueva e impulsen la educación para la comunicación y la alfabetización mediática de las personas en nuestro país, como una necesidad de dotar a la población de conocimientos, capacidades y herramientas para una comprensión y valoración crítica de las lógicas de funcionamiento de los medios, además de potenciar y facilitar el acceso a ellos y a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).

Es imprescindible comprender cuánto ha impactado el desarrollo de las TIC en el rol de los sujetos que intervienen en esos procesos: ya no se trata de la simple fórmula emisor-mensaje-receptor. «Presencia no garantiza visibilidad», enfatizó.

Destacó que este nivel de concentración del consumo en plataformas que no son de propiedad pública, y que establece restricciones a la práctica de los usuarios en función de sus intereses, aunque en el discurso digan lo contrario, así como los mecanismos de filtrado de información a partir de algoritmos, hacen que el acceso a la información y las posibilidades de comunicación sean en apretada síntesis cada vez menos de dominio de uso público, cada vez menos democráticos.

Recordó Díaz-Canel que, como la Ley es una norma de alto impacto estratégico por regular uno de los ámbitos de mayor ataque contra Cuba, algunos de los debates principales en sectores intelectuales y profesionales se han centrado en aspectos puntuales de la norma que pudieran favorecer o legitimar determinadas manifestaciones de subversión e impacto para la seguridad nacional, en un contexto de intensa guerra mediática.

Los principales elementos de debate -argumentó el mandatario- han tenido un enfoque preventivo ante la subversión y apuntan principalmente hacia el carácter de los medios y su propiedad, la regulación en torno a la figura del patrocinio y, dentro de esta, el mecenazgo.

En función de esas preocupaciones, añadió, se hicieron ajustes en su articulado y enunciados, buscando eliminar ambigüedades y evitar futuras interpretaciones que pudieran contradecir el espíritu y la letra de la Constitución.

Asimismo, resaltó que la Ley reconoce que la información que soportan los procesos comunicacionales ha de ser veraz, objetiva, oportuna, actualizada, verificada y comprensible, como principios básicos elementales.

En cuanto a la comunicación en el ámbito organizacional, precisó el Jefe de Estado que la norma debe convertirse en un instrumento de trabajo permanente, para terminar de entender que el fin no es el mensaje, sino la utilidad imprescindible de la gestión comunicacional, en función de los objetivos estratégicos de la entidad.

Esta legislación debe permitirnos superar los vacíos y vencer las inercias institucionales. Ante alguna situación determinada que esté impactando negativamente a la población, los servidores públicos responsables están obligados a informar de inmediato, desde todos los espacios posibles, aseveró el mandatario, e indicó que toca a la prensa, por su parte, «contar primero y responsablemente cada información sensible para el pueblo».

El Primer Secretario del Partido enfatizó también en que es hora de comprender y emplear todos los recursos de la comunicación social para favorecer la participación, la transparencia, la rendición de cuentas y para unir todos nuestros conocimientos en función de extraer las mejores ideas, articularlos y generar consensos.

Puntualizó que, dado que somos un país estructurado y organizado, donde se trabaja mucho para resistir el embate de un acoso hostil y asfixiante, compete fundamentalmente a la comunicación social contribuir a la construcción de la imagen país, en correspondencia con los atributos que identifica la nación y la realidad que vivimos.

Reiteró Díaz-Canel que la Revolución busca el diálogo verdadero que antepone la verdad y la ética para la indecencia y la perversidad, que no negocia su existencia, no legitima mercenarios y actúa con seguridad y firmeza.

Además, alertó el Presidente, en frente tenemos un espacio tomado por extremistas, fundamentalistas, donde las fuerzas anticubanas, generadoras de odio, actúan en permanente disposición para el linchamiento a base de mentiras, manipulación, tergiversaciones, incitación a la violencia e incluso la regresión militar.

Al respecto, condenó que una de las agrupaciones musicales más populares de Cuba, Buena Fe, está sufriendo ahora mismo el ataque de odiadores profesionales, alentados desde plataformas tóxicas con un solo objetivo: provocar el fin de la Revolución.

El Presidente resaltó que quien defiende la verdad, está expuesto no solo a pagar el precio por sus ideas sino a sufrir la descalificación personal, la censura y el odio y no nos asusta el desafío, lo asumimos con orgullo y dignidad.

Añadió que esa defensa es una parte de nuestro sentido de nación que se ha conformado con la suma de las individualidades que somos, unidas esencialmente en los esfuerzos por superar nuestras insuficiencias y en la comunión de sueños por alcanzar.

El mandatario cubano referenció a la Dra.C Hilda Saladrigas Medina, una de las expertas que más ha contribuido en la redacción de este texto normativo, cuando resumió la esencia fundamental de esta ley: «Cuba en su particularidad puede y debe hacer las prácticas todas, y las comunicativas sociales, de modo diferente, de modo revolucionario».

Aprueban Ley de Comunicación Social en Cuba

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