Si bien el triunfalismo al edulcorar la realidad se convierte en mecanismo que frena el avance, no reconocer cuando algo mejora es además de injusto algo así como un surtidor de amargura. Y lo digo porque en las ferias agropecuarias por el fin de año, se materializa a mi modo de ver, a pesar de todos los factores en contra, comenzando por la escasez de combustible y la falta de insumos para producir, un salto evidente en la producción, oferta y precios de los productos agrícolas que solo no pueden ver, los que nada positivo reconocen jamás.

Y yo sé lo complejo que es venir de Corralillo aquí en madrugada lluviosa como la tropa de Rafaelito de la cooperativa Israel Ruiz que no falla en las ferias año tras año, o los de la UBPC Grito de Yara de Quemado de Güines cuyo orgullo es vender a precios inferiores, y muchos más que el tiempo me impide mencionar. Pero si algo llamó mi atención fue la concurrencia de los llamados “jóvenes guerrilleros” como Yoán Valdivia, Negrín y el Moro, que recibieron tierras en usufructo en áreas aledañas a la autopista nacional en el municipio de Placetas poco tiempo atrás y de los marabuzales desmontados hicieron brotar la yuca, el boniato, el plátano y otros productos que vendieron el primer día de feria en Santa Clara a precios que la propia población reconocía como un soplo de optimismo después de un año en que ha prevalecido por todas partes el abuso con los precios. Aquí nadie olvida que meses atrás llegaron a pedir 500 pesos y más por una libra de tomates o de frijol.  

Se demuestra además la importancia de que los productores puedan vender directamente sus productos sin intermediarios para que la mayor ganancia vaya a los que invierten para poder producir más y no a las billeteras de aquellos intermediarios y especuladores que abusan de los consumidores y se llevan la tajada mayor sin haber cosechado jamás una arroba de boniato.

De todas maneras como comencé diciendo, hay que huir también del triunfalismo, reconocer que se trata de precios muy inferiores a los de apenas un mes atrás no significa que el problema esté resuelto, aún esos precios están muy lejos de la capacidad de compra de las personas de menos ingresos, especialmente los jubilados. Pero en la agricultura se demuestra que existen posibilidades de avanzar a pesar de los obstáculos.