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La producción cafetalera en las montañas de Cuba comenzó a disminuir desde finales de los años 90. La región central y específicamente Villa Clara no escapó a tal situación y de la producción record de la campaña 1991- 1992 se fue alejando paulatinamente hasta tocar fondo en el 2011. Fue entonces cuando comenzó un proceso de recuperación lento pero persistente. En busca de los datos y las opiniones que lo demuestren fui al encuentro de Pedro Blanco Méndez, el director de la Empresa Agroforestal Jibacoa.

Pedro- Si, la empresa tocó fondo en el 2011 cuando solamente pudimos entregar al balance nacional 29 toneladas de café, una producción bastante depauperada al igual que las plantaciones.
Periodista- A partir de ese año pudiera decirse que comenzó el proceso de recuperación del café.
Pedro- Si, si, ha ido creciendo, no al ritmo que queremos ni que necesita nuestra economía pero ya este año debemos andar por las 177 toneladas de café oro con un rendimiento de 0,22 toneladas por hectárea.
Periodista- ¿Qué se ha hecho para lograr este avance?
Pedro- Lo primero fue comenzar a sellar las plantaciones, porque en aquella época nos percatamos que faltaba el 32 por ciento de las plantas y sin plantas no puede haber café. Y por eso seguimos en esa lucha porque mantener no menos de un 98 por ciento de las plantas por campo es lo que da resultados.
Periodista- Según la información que poseo ha mejorado la composición varietal
Pedro- Si, en aquel entonces solo contábamos con seis variedades, y ya la empresa cuenta con las 16 variedades comerciales aprobadas para el macizo y hemos reducido el café Robusta de un 32 a un 23 por ciento del área ocupada.

Periodista- Yo sé que tiene explicaciones pero la verdad es que nos inundaron las montañas de Robusta cuando las variedades arábicas con un precio muy superior en el mercado mundial.
Pedro- Asimismo es, en las montañas nuestras por la altura sobre el nivel del mar y la situación edafoclimática de Jibacoa, no podemos renunciar al café arábico.
Periodista- ¿Qué contempla el programa cafetalero para el 2030?
Pedro- Para el 2030 contempla tener selladas todas las plantaciones, sembrar 660 hectáreas nuevas de café, obtener 447 toneladas de café, lograr un rendimiento general de 0,55 toneladas por hectárea y 0,32 en el café arábigo específicamente.
Periodista- ¿Y en qué año concretamente se pronostica que todos los cafetales de la empresa agroforestal Jibacoa estén sellados?
Pedro- Nosotros nos estamos proponiendo hacer un millón 600 mil posturas para el año que viene, o sea, en el 2023, poder dejar selladas todas las plantaciones para que en el 2025 ya estén dando café.
Periodista- Sin hombres no hacemos nada. ¿Cuenta con la fuerza de trabajo necesaria, incluyendo la calificada, para llevar adelante el programa?
Pedro- Mira en cuanto a la fuerza calificada contamos con más de cien técnicos e ingenieros, es indiscutible el éxodo que ha ocurrido en las montañas, pero contamos por ejemplo con una granja del EJT con cerca de cien efectivos que ha sido muy útil para enfrentar el déficit de fuerza de trabajo. Nosotros pensamos que hay que retomar las producciones de café para que la montaña vuelva a poblarse de gente, que recupere aquel espíritu que tuvo comenzando los años noventa.
Periodista- Ya que usted lo menciona, recuerdo perfectamente el record de 574 mil latas alcanzado en la cosecha 1991-92 que debe ser algo más de mil toneladas. Eso indica lo que falta por hacer todavía.
Pedro- Si, en esa cosecha el record fue de mil 231 toneladas de café, mira cuanta es la diferencia, por tanto seguimos siendo eternos insatisfechos, no podemos parar para que la caficultura en la provincia siga avanzando.
Periodista- Y cuentan con el desarrollo científico para lograrlo.
Pedro- Si, contamos con el desarrollo científico, se aplican hoy 18 tecnologías, y estamos exigiendo disciplina en su aplicación, para poder lograr los objetivos que nos hemos propuesto.

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