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No puedo estar de acuerdo con los que critican diariamente los altos precios y cuando el gobierno actúa para frenar su escalada también cuestionan. Aplaudo que las autoridades de Villa Clara no se hayan cruzado de brazos ante los especuladores que abusan del pueblo. Ocupar la Vanguardia implica el compromiso de triunfar.
Claro que pudieron aplicarse antes, en un mejor momento productivo precios máximos para esos 20 productos agrícolas y hasta más, pero mejor tarde que nunca. Y resulta necesario que el control de precios se aplique en todo el país, pero interpreto el Me Encanta en el post de Facebook sobre las medidas aprobadas en Villa Clara de la ministra de finanzas y precios como la voluntad de cerrar el potrero de Don Pío en que se ha convertido Cuba en esta sensible materia. Con precios máximos nacionalmente no habría que cerrar ninguna provincia para que no le lleven lo que produjo, y entonces sí que podría funcionar el mercado y no la especulación.

Tengo insatisfacciones como cualquier cubano con los altos precios de las entidades estatales incluyendo las tiendas en MLC, pero no olvido que su recaudación no va a los bolsillos privados. Por tanto no voy a hacerle el juego a quienes pretenden ya desmoralizar el enfrentamiento a los que abusan a costa del sudor de los productores y la necesidad insatisfecha de los consumidores. Concertar los precios máximos con los que hacen producir la tierra y establecer un máximo del 40 por ciento de margen de ganancias para los comercializadores refleja la voluntad de evitar que ganen más los que no sudan la camisa en el surco.
Los precios aprobados son los máximos a que se puede vender el producto de primera calidad y algunos están demasiado caros todavía, pero lo más importante es que se evaluarán cada mes para hacer las correcciones pertinentes. Lo que debiera hacerse a mi juicio es monitorear las ferias, porque si ya se vende tomate de calidad a 20 pesos la libra no se justifica toparlo a 42 en el mes pico de cosecha. A los que afirman que esconderán los productos les digo que serán ellos los violadores y habrá consecuencias si son descubiertos, lo grave es privar al pueblo de la razón ante los especuladores. Ese pueblo nuestro, como lo ha probado tantas veces, actuará en defensa propia si se divulgan bien las vías para enfrentar el abuso no solo en esos 20 productos, porque esa lista se ampliará paulatinamente. Alimentos son también los refrescos, panes, galletas y pizas, entre otros. Recientemente, contaba el gobernador de Villa Clara, se parqueó una camioneta a vender diminutos paquetes de galleta a 150 pesos frente al monumento a la acción contra el Tren Blindado en Santa Clara. El afán de lucro no respeta ni siquiera a nuestros símbolos gloriosos y eso no se puede permitir. Nuestro pueblo defiende el socialismo, y la revolución no dejará de ser de los humildes porque en ese caso ya no sería revolución.

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