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La certidumbre de la cosecha campesina

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Al concluir un recorrido por la agricultura años atrás cuando ya se hacía sentir la falta de combustible, fertilizantes, herbicidas, plaguicidas, dije al jefe de la comitiva que me alegraba de cierta manera de tanta escasez, y ante su rostro asombrado completé la idea: - es para ver si nos percatamos de una vez de la necesidad de priorizar al sector campesino. Los únicos cultivos limpios y atendidos que vimos ese día estaban en poder de ese sector.

Pedro no es necesario hacer divagaciones teóricas, sencillamente lo que necesitamos es producir, porque al consumidor poco le importa cuál fue la estructura productiva que cosechó la yuca, el boniato, el arroz o los frijoles, necesita oferta sostenible a precios razonables. Y la verdad es que en el actual escenario al más emprendedor director empresarial, si le faltan los insumos inherentes a su tecnología y en medio de una escasez brutal de fuerza de trabajo, se le torna incierta la cosecha.

No estamos afirmando que el campesino sea mago aunque muchas veces lo parezca, el también necesita insumos imprescindibles que los rastrea hasta fuera de fronteras. Pero también es verdad que está mejor preparado para producir en el actual escenario por su sentido de pertenencia que lo hace capaz de guataquear los frijoles un domingo para evitar que las lluvias de la tarde hagan peligrar la cosecha, y porque atiende una superficie menor.

Campesino 1

Alguien me decía recientemente que el problema radica en la emigración hacia las ciudades porque hoy cada productor agrícola debía producir para 25 cubanos y le respondí que además de ser ese un fenómeno mundial una vez leí que un campesino holandés alimentaba 272 personas, la diferencia estriba en la tecnología utilizada.

Ya quisiéramos ver lo que son capaces de producir los campesinos cubanos en cinco caballerías, (como estipula y no por ocurrencia de alguien la segunda ley de reforma agraria), si pudieran tener acceso a tractores, implementos, combustible, fertilizantes y los productos y medicamentos necesarios para enfrentar las plagas y enfermedades que se ensañan contra los cultivos y animales.

No se le puede pedir peras al olmo, o sea, si el país pudiera, si la economía lo posibilitara, ya estaría hecho. Pero lo que no se puede perder es la brújula que nos alumbra el camino.

Con los convenios porcinos que convirtieron a Cuba en uno de los países mayores consumidores de carne de cerdo en el planeta se demostró. Nadie ha estudiado con profundidad todavía las enormes potencialidades de los campesinos cubanos. Cuando tengan lo que necesitan para producir, podrán probarlo.

 

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