Tomo de pretexto el mensaje enviado por un campesino amigo para reflexionar sobre el tema de la semilla que es la base de la producción agrícola, lo primario. Dicen los entendidos que una semilla de calidad asegura el 50 por ciento de la producción, pero si usted siembra un esqueje de boniato o un cangre de yuca raquítico no puede esperar rendimientos.
Pues mi amigo me escribe sorprendido de que una libra de semilla de pepinos cueste cuatro mil pesos. Y a mí sinceramente me preocupa más que un quintal de pepino, a 20 pesos la libra, cueste 2 mil pesos al consumidor.
Es como si le pareciera cara a alguien una postura de aguacate injertado en 50 pesos cuando nos llegaron a vender en días recientes un aguacatico con sabor a yerba a 150. Digamos que para extraer una libra de semilla de pepinos hay que dejar madurar, o sea no comercializar, varios quintales del producto. Pero con esa libra de semillas puedes sembrar no menos de una hectárea que produce unas 14 toneladas, o sea 308 quintales. Si se vende esa producción a 20 pesos la libra estamos hablando de una ganancia bruta de 616 mil pesos. Creo que ya pueden sacarse conclusiones.
No estoy diciendo que la semilla sea barata, como no lo son los insumos cuando aparecen, un saco de abono, un rollo de alambre, una lima o un machete, para no hablar de la fuerza de trabajo cada día más cara aunque se le pague cinco veces el salario de un profesional.
Lamento no complacer a algunos con mi criterio pero con la verdad hay que saber llegar hasta el mismo infierno si es preciso a defenderla. Y lo que debe hacer cada productor en estas circunstancias en que el país no puede garantizar la semilla importada es guardar su propia semilla.
Vi de niño a mi padre escogiendo las mejores mazorcas de maíz, calabazas, tomates, pepinos, melones para conservar su semilla y había mayor producción agrícola. No niego el desarrollo, es mejor una semilla certificada pero lo más grave es quedarse sin cangre de yuca o bejucos de boniato por no conservarlo y andar mendigando en otra provincia o municipio y transportándolo hasta la finca con enormes gastos de combustible que no tenemos para poder sembrar.
Todo está caro, también la semilla, ¿quién lo podría negar? Ojalá esa libra de semillas costara cien pesos y la libra de pepino cinco pesos para ver si nuestros jubilados de mil 500 pesos mensuales pueden consumirlo. Y hablamos del pepino pero la verdad es que ni siquiera la yuca, el boniato, la calabaza y la harina de maíz, que siempre lo fueron, son baratos hoy. No hay otra alternativa que revolucionar la producción agrícola.
1- Que no debe utilizar un lenguaje ofensivo.
2- Que debe ajustarse al tema del artículo.
Soyvillaclara se reserva el derecho a no publicar los comentarios que incumplan las políticas anteriores.