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Se pudieran incluso contabilizar y fotografiar los insensibles en toda la cadena de la producción y distribución de leche responsables de que por primera vez se haya afectado su distribución a más de cuarenta mil niños de Villa Clara. En las reuniones se constata la gravedad del problema, solo en los campos y en las calles está la solución. Si funcionan las estructuras, imposible desviar la leche y especular con ella y apenas 25 inspecciones sirvieron para mostrar el desorden y las violaciones en la venta de leche y sus derivados en la calle.

Puedo imaginar el orgullo del ganadero que con las mismas vicisitudes cumple su misión que es profundamente ética.

Si en vez de recortar cada día un segmento al problema permitimos que se acumulen, las soluciones se eternizan. Es fácil decir cuántos productores no han entregado leche, pero lo que toca es profundizar, actuar, aplicar la ley, porque nadie ha sido demandado ante el tribunal por algo tan grave como dejar a los niños sin leche. Ahora mismo puedo decir que supe de fuente fidedigna que en la zona de Wilfredo Pagés, de 12 productores con más de diez vacas de la cooperativa Feliberto González solo entregan cinco desde el 1 de noviembre y nadie había ido a discutir con ellos.

Que jamás se olvide que es el contacto hombre a hombre mirando a los ojos del interlocutor y no en las reuniones donde se rescatan los litros de leche pero solo están capacitados para dirigir los que no temen buscarse problemas. Hay quien dice que extinguir el arrendamiento de la tierra entregada en usufructo a un productor es una derrota, pero derrota es en realidad a mi juicio, permitir que se use la tierra que es patrimonio de la nación para hacer dinero incumpliendo el deber fundamental que firmó al recibirla, lo que además desmoraliza a los cumplidores. Pero esa tierra y esos animales deben pasar en horas con sus planes a otro productor que se le diferencie apenas en sensibilidad y honradez, porque de lo contrario sería menos producción todavía.

La clave está en que funcionen las estructuras como el grupo de la leche, porque ahora el gran problema es el desvío pero a partir de enero la producción se reducirá ostensiblemente por lo que no se puede admitir el desvío de un litro si queremos acopiar diariamente los 60 mil imprescindibles. Y todos sabemos que hoy se acopia apenas una tercera parte de lo que realmente se produce. Solo con visitar los potreros, profundizar en el análisis con los dueños de las vacas y asegurar el acarreo, la leche acopiada crece en horas. Si algún tema no reclama perorata o persuasión es la leche, su destino es sagrado, nuestros niños y enfermos obligan a actuar a todos con la máxima energía.

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