Afortunadamente en la temporada recién concluida no hubo huracanes que se ensañaran contra la agricultura porque sería funesto si aún con un clima benévolo no se ha logrado detener la avalancha de precios abusivos. Nos fuimos ilesos esta temporada pero demasiados nombres nos recuerdan que el cambio climático no es una quimera y el calentamiento global trae graves consecuencias, porque los huracanes cada año se hacen más frecuentes y violentos. Kate, Lili, Michelle, Charley, Iván, Dennys, Rita, Gustav, Ike, Sandy, Mathew, Irma, IAN, entre otros, nos hicieron mucho daño desde el año 1985 hasta la fecha.
Cuando niño, a finales de la década del sesenta, solo escuchaba hablar del ciclón Flora como fenómeno reciente y a los abuelos de célebres huracanes de los años 30 y 40 del siglo veinte como aquel que arrasó el poblado camagüeyano de Santa Cruz del Sur. El Flora fue la última experiencia tenebrosa, porque sirvió a la joven revolución en el poder con su líder al frente, para crear una vigorosa defensa civil, ejemplo para el mundo, que evitaría en lo adelante la pérdida masiva de vidas humanas. Aquel evento meteorológico ocasionó la muerte de más de 1200 cubanos, al azotar el este del país, entre el 3 y el 8 de octubre de 1963 y sus efectos fueron mayores debido a la carencia de medios protectores para la población y la economía. También influyó su poca velocidad de traslación, las vueltas que registró el ojo del huracán en su trayectoria y las descomunales precipitaciones.
Tras el azote del Flora el gobierno revolucionario acometió un programa acelerado de construcción de embalses, derivadoras, canales magistrales y estaciones de bombeo, cuyo fin era evitar grandes inundaciones y aprovechar las aguas. Para que se tenga una idea del salto experimentado digamos que en 1959 Cuba tenía una capacidad de embalse de 43 millones de metros cúbicos de agua y hoy sobrepasa los 9 mil millones. Ya son una rareza las muertes ocasionadas por huracanes en nuestro país y cuando ocurren suelen ser el resultado del azar o el incumplimiento de las orientaciones de la defensa civil.
El país se ha convertido en un bastión capaz de contener las ciegas fuerzas de la naturaleza. Nadie sabe a ciencia cierta a cuantas posibles víctimas de huracanes se nos ha salvado la vida desde el Flora hasta la fecha.
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