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Ya son una rareza las muertes ocasionadas por huracanes en nuestro país y cuando ocurren suelen ser el resultado del azar o el incumplimiento de las orientaciones de la defensa civil.

El país se ha convertido en un bastión capaz de contener las ciegas fuerzas de la naturaleza. Nadie sabe a ciencia cierta a cuantas posibles víctimas de huracanes se nos ha salvado la vida desde el Flora hasta la fecha.

Con la siembra de las primeras hectáreas en Santo Domingo a partir de la utilización de semilla nacional dio inicio la siembra de la papa correspondiente a la actual campaña en Villa Clara la cual continuó este miércoles por Remedios y le seguirá Quemado de Güines el jueves.

Sin mucho ruido se ha desarrollado la cosecha de café este año en Villa Clara y está bien que así sea cuando ha estado tan deficitario el grano de nuestra infusión tradicional. Pero como es bueno saber por el momento que transita al entrar en su cuarto mes pregunté su valoración a Pedro Blanco Méndez, director de la empresa agroforestal Jibacoa, y pudimos conocer que el plan de la campaña es de 75, 78 toneladas, de ellas 33,64 de variedades arábicas y 42,14 de robusta.  

Este lunes fue sepultado en Placetas el Doctor Sergio Rodríguez Morales, director del Inivit de Santo Domingo, un científico con los pies en el fango, sin dudas el cubano que más secretos le conocía a la agricultura. Los campesinos pierden al ser humano excepcional que con voz paternal les enseñó todo lo que sabía, porque Sergio no guardaba nada, disfrutaba al ver los adelantos científicos materializados en las fincas y no se cansó nunca de expresar cuanto aprendía de cada campesino porque nunca llegó a ellos con ínfulas de doctor.

Con excelentes resultados en el examen final aplicado, la Aduana Villa Clara celebró un nuevo acto de graduación de veintiocho estudiantes procedentes de fuente externa formados como Oficiales de Aduana.

Yo había visto sus reses pastoreadas por Soler pero fue ahora que conocí personalmente a Narciso Ramón Ramírez Machado, un ganadero de verdad, de los que ama a sus vacas y lo demuestra en el manejo diario del rebaño de 305 animales en su enorme finca familiar de poco más de cien hectáreas que comparte con su esposa y su hijos. Tras el exquisito cuido que reciben sus vacas promedian más de siete litros diarios y unos 300 niños pueden tomar leche cada día. A Narciso no le roban reses, las cuenta tres veces al día, todas sus vacas paren en el año, y su rebaño no conoce la mortalidad.